Fundación Desarrollo Sostenible exporta a Cuba conocimiento murciano para aprovechar la energía solar en explotaciones agropecuarias

Emilio Cuba PORTADA montaje - Fundación Desarrollo Sostenible exporta a Cuba conocimiento murciano para aprovechar la energía solar en explotaciones agropecuarias

Nueve municipios serán beneficiarios de la experiencia de la ONG en energías renovables

Murcia, 2024-07-05

Fundación Desarrollo Sostenible (FDS) se ha trasladado a Cuba esta semana con el fin de avanzar en el diseño de sistemas locales de aprovechamiento de energía solar, una tecnología en la que la entidad tiene una larga experiencia y que se erige como la gran solución para asegurar la supervivencia de una buena parte de las explotaciones agropecuarias vitales para el país. La difícil situación que atraviesa la isla hace que la existencia de instalaciones solares de este tipo sea mínima, y que la colaboración y el conocimiento que exporta FDS resulte sustancial, en este caso concreto, para al menos nueve municipios.

Emilio Ballester, presidente de FDS, ha visitado Cuba en repetidas ocasiones para firmar el acuerdo de colaboración y poner en marcha las actuaciones en el marco de un proyecto bautizado como ‘Programa de Apoyo a una Agricultura Sostenible (PAAS)’, de la mano de la Asociación Cubana de Técnicos Agrícolas y Forestales (Actaf). Su misión estos días es recabar todos los datos posibles en base a los cuales poder realizar los diseños adaptados a las distintas situaciones y peculiaridades.

Para ello, se encuentra ya inmerso en multitud de reuniones destinadas a planificar y agilizar todas las visitas que se realizarán después, en el mes de agosto, a los diferentes centros de producción que el programa apoya. Se trata de una gestión inexcusable ya que para acceder a los lugares de producción hay que solicitar permisos gubernativos específicos. Con el objetivo de optimizar tiempo y recursos, un paso imprescindible es identificar y analizar a fondo previamente los puntos que reúnen las mejores condiciones y contar, además, con la presencia y colaboración de representantes de cada una de las explotaciones, pues hay que anticipar qué se va a encontrar en cada destino. En este sentido, por ejemplo, participan profesionales como Justo González Olmedo, científico del Centro de Investigación de Plantas Proteicas y Productos Bionaturales.

Situaciones particulares

Así, la agricultura puede abarcar desde la producción de grano y la fabricación de harina hasta la transformación, donde el cereal se deseca y envasa para su transporte y su uso como alimento de animales. En la desecación, por ejemplo, hay que medir el flujo de aire caliente que es impulsado a través de unos tubos en un determinado tiempo, y para esa visita hay que prever que se disponga de un medidor de flujo de aire. En otros lugares quizá haga falta poner una bomba en un pozo del que se extrae agua, para asegurarse de que sea suficiente para alimentar otro proceso, y ahí se necesita saber, previo a la visita, aspectos como la profundidad del pozo, qué cantidad de agua produce o qué cantidad requiere el proceso por cada mes del año. En otras localizaciones hay grandes extensiones de diversos cultivos, cada uno con sus necesidades, como yuca, áreas arroceras o mango y otros frutales, junto a zonas abandonadas que se quieren poner en cultivo.

En las granjas ganaderas, por su parte, hace falta electricidad para la automatización de la extracción de leche, calor para su desinfección y su transformación, y en casos de producción de yogur, queso y otros derivados, frío para su conservación y transporte. Una situación que aplica, curiosamente, a las 40 cabezas de cabra murciano-granadina que se trasladaron a la isla gracias a su mejor estabulación y gran producción de leche.

Así pues, cada caso es particular y por ello las reuniones que analicen una sola localización pueden llevar varios días

En definitiva, explica Ballester, “quieren saber cómo, mediante energías renovables, pueden cubrir sus necesidades energéticas. El sol es aquí –[en Cuba]– una fuente inagotable y constante todo el año. A partir de ese recurso prácticamente pueden darse todos los procesos”, señala, mientras repasa la posible utilización de placas solares de aire caliente o de agua caliente, o las placas fotovoltaicas.

Porque en el país caribeño, “el primer problema que se plantea siempre, detalla, no es el económico, aunque subyace, sino el diseño técnico. Se están dando situaciones tan paradójicas como que hay una máquina enorme para producir harina de yuca que no puede funcionar porque la deseca con aire que se calienta con gas. Pero la isla actualmente no tiene gas y el proceso no se puede desarrollar. Si cuando se diseñó ese proceso industrial se hubiera ideado mediante el aporte de aire caliente obtenido directamente del sol, no hubieran tenido ese problema”, aclara el experto.

Las visitas, ya optimizadas, que se desarrollen en agosto servirán para cuantificar las necesidades energéticas y los costes de la aplicación de energías renovables adaptados a cada espacio y objetivos. Y con ello, se podrá comenzar el diseño de las instalaciones de aprovechamiento de energías renovables que puedan dar un nuevo impulso a las sociedades que viven del sector primario en estos municipios de Cuba.

En este sentido, desde el proyecto PAAS se anima a que esta relación no se circunscriba sólo a los aspectos tecnológicos, y que contemple la conveniencia de crear conciencia de la necesidad de la transición energética y ecológica, así como el intercambio en aspectos tan importantes como el tratamiento de agua de uso y residual, economía circular, movilidad sostenible, ahorro y eficiencia energética y la introducción del concepto de Comunidades Energéticas y sus posibilidades de empoderamiento social y ciudadano.