Un año después. Los sueños ambientales se pueden hacer realidad con el empoderamiento energético
Por Domingo Jiménez Beltrán (patrono de la Fundación Desarrollo Sostenible)
Hoy es el Día del Medio Ambiente como también lo fue hace un año. ¿Y qué ha ocurrido durante este tiempo? Y, sobre todo, ¿qué debe ocurrir, si queremos, durante los próximos años ambientales hacer de los hitos del Día del Medio Ambiente una fiesta en lugar de un ‘cabo de año’ como se llamaban antes los aniversarios de los fallecimientos?
Este año el lema ha sido ‘Enloquezca por la vida’ para llamar la atención sobre el comercio ilegal de especies silvestres y los delitos cometidos contra la naturaleza. Hace un año fue ‘Siete mil millones de sueños. Un solo planeta. Consume con moderación’. Me quedo con este último para contrastar si realmente hemos avanzado en la ensoñación a la que se nos invitaba en la campaña ‘El futuro que queremos’, empezando con acciones individuales que unidas a la colectividad tuvieran un impacto exponencial. No ha debido ir muy bien cuando ahora nos piden enloquecer.
Tomemos el tema de la energía eléctrica como vector de cambio hacia esta nueva ficción bastante más prometedora que la actual. Hoy la autosuficiencia eléctrica conectada (producir el equivalente a lo consumido, aunque intercambiando con la red excedentes versus déficits) es ya una realidad accesible a todos los niveles, solo retrasada por las resistencias de los lobbies eléctricos y energéticos que se niegan a perder su situación dominante. Sí, energía es poder (‘power’ en inglés), la autosuficiencia eléctrica implica empoderamiento de los ciudadanos, de las comunidades de vecinos, de las PYMES, de los agricultores, de las ciudades, regiones, estados…y todo lo que queramos. Y con este empoderamiento energético todo cambia.
Todo cambia porque esto implica, para hacerlo viable, no solo que el sistema energético sea sostenible (eficaz, eficiente y basado en renovables) y ventajoso, sino reorganizar toda la producción y el consumo. Implica la racionalización y gestión de la demanda y la optimización, diversificación y adaptación de la oferta, para finalmente tener sistemas económicos diversificados, eficaces (que suministran los bienes y servicios requeridos) eficientes (con los mínimos recursos) y suficientes (sin excesos y si es posible sin excedentes ni residuos) obteniendo además como resultado y regalo la mitigación del cambio climático y otros beneficios medioambientales.
Esta autosufiencia eléctrica conectada es ya una realidad viable técnica, y económicamente y muy ventajosa, solo falta que la normativa se adapte (en particular el Decreto de Autoconsumo de diciembre 2015, con su ‘impuesto al sol’) a lo que se han comprometido todos los partidos políticos excepto el que está en el Gobierno en funciones. En este sentido, esperemos que la designación como interlocutor para Medio Ambiente del PP de Teodoro García, murciano (región que se está distinguiendo políticamente, incluidos todos los partidos, por la apuesta por el autoconsumo) y que conoce bien el tema, cambie incluso la posición del PP.
Para confirmar esta viabilidad basta comprobar que a nivel de vivienda unifamiliar e incluso de un edificio de oficinas o comunal, de una PYME o de una explotación agraria… se puede llegar incluso a funcionar sin red, como muestran las iniciativas de la Fundación Desarrollo Sostenible ‘Corta los cables‘, ‘Corta los cables poco a poco‘ o ‘Riega con el sol‘.
En los municipios o ciudades se pueden lograr ’emisiones cero’, es decir, un sistema energético descarbonizado sin contribuir al cambio climático ni a la contaminación atmosférica, consiguiendo ciudades autosuficientes y bien conectadas con renovables, como muestra la propuesta ‘Ciudades con Futuro‘ de la Fundación Renovables. Y este empieza a ser el compromiso de ciudades españolas como Barcelona y Madrid y realidad en curso en ciudades como Copenhague con el plan ’emisiones cero en 2025′.
Lo es también en el caso de regiones como Murcia, donde ya se simuló hace años como la sola explotación de sus tejados (14,2 km2) permitiría implantar ventajosamente paneles fotovoltaicos con potencia cercana al millón de kilovatios y generar el equivalente a todo el consumo residencial de la región en balance neto. Con renovables se podría incluso generar energía suficiente para desalar agua de mar y alcanzar la autosuficiencia conectada en energía y agua, una ‘Murcia Solar y para Desalar’.
Y para alcanzar la también deseable ‘España Solar’, solo sería necesario aplicar a nuestro país la Hoja de Ruta 2050 para una economía baja en carbono de la Unión Europea, aunque maximizando sus objetivos por exigencia de la Conferencia de Paris y adaptándola al enorme potencial en renovables de España, como muestra la propuesta de la Fundación Renovables con la que se alcanzaría un sistema energético con un consumo cercano a la mitad del actual, totalmente basado en renovables, aunque bien conectado a nuestros vecinos y con solo beneficios, incluyendo, entre otros, las no importaciones de combustibles que equivalen, ¡atención!, a los cacareados ingresos netos del turismo.
Por tanto, sí; sí podemos hacer realidad los casi 50 millones de sueños españoles, de los 7.000 millones a nivel global que Naciones Unidad pedía el Día del Medio Ambiente, hace hoy un año, para poder vivir en este planeta único.
Publicado en: Los Pies en la Tierra, La Verdad