Artículo publicado en la revista Electroeficiencia por Emilio Ballester, Presidente de la Fundación Desarrollo Sostenible
Desde Noviembre de 2011 cuando el Ministerio de Industria difundió una propuesta de Real Decreto sobre Autoconsumo con Balance Neto, que fue informada y mejorada por la Comisión Nacional de la Energía, los españoles estamos esperando para poder aprovechar las Energías Renovables a nuestro alcance y, sobre todo, el sol. Esperando para poder poner nuestro granito de arena en la lucha contra el Cambio Climático y en el necesario y oportuno cambio del modelo energético, para mejorar la economía de familias y empresas rebajando la factura eléctrica y para impulsar el desarrollo de toda una industria intensiva en puestos de trabajo, que en 2008 fue la primera del mundo en potencia solar instalada y que hoy agoniza.
Desde entonces el Gobierno de España no ha desarrollado esta alternativa sino que la ha bloqueado publicando un nuevo borrador en julio de 2013 en el que elimina el Balance Neto y penaliza el Autoconsumo, inventando un peaje de respaldo a pagar por la energía autoproducida y autoconsumida. Además, obsesionado como está por las presiones del Sector Eléctrico a las Renovables, ha castigado a todos los que invirtieron en el sector Renovables y especialmente en el sector Solar, arruinando a miles de familias y amenazando con multas multimillonarias a aquellos que se pudieran atrever a usar electricidad que no sea la que el oligopolio eléctrico de las empresas de UNESA produce para engordar cada año sus beneficios a costa de más dependencia y más pobreza energética.
Es evidente que los últimos gobiernos de nuestro país han gobernado a favor de las grandes compañías eléctricas y en contra de sus ciudadanos y empresas. No han dejado otra alternativa que la de pagar una factura cada vez más cara, cerrar las empresas por falta de competitividad o dejar de encender la luz o la calefacción. Factura que en el último año se ha incrementado sobre un 18% y que sigue siendo la más cara de la Europa continental, a pesar de que el Ministro de Industria juega con los números para intentar explicar que el precio de la electricidad ha bajado, olvidando deliberadamente el coste de la parte fija, aunque la evidencia es clara. Basta con comparar la factura de enero de 2015 con la del mismo mes de 2014.
Sin embargo una gran parte de los países de Europa y América y, más recientemente, nuestro vecino Portugal, han desarrollado el Autoconsumo permitiendo a sus ciudadanos usar el sol y las Energías Renovables para abaratar sus gastos, mejorar su sistema eléctrico y afrontar la actual crisis con otras opciones, más allá de la sumisión al dictado de las Eléctricas. Sobre todo si tenemos en cuenta que una buena parte de las tecnologías renovables han superado ya la paridad de red, con costes inferiores a los de la red y, en algunos casos, incluso la paridad de generación con un coste de generación inferior. Mientras que las tecnologías convencionales siguen subiendo a pesar de que el gobierno de España no quiera reconocerlo.
Pero no todos pensamos lo mismo cuando hablamos de Autoconsumo. Hay diferentes modalidades de autoconsumo y todas deben ser contempladas, pues parten de un mismo principio básico: “El consumidor se convierte también en generador-productor de toda o parte de la energía que consume”. No está de más recordar cada una de ellas, no vaya a ser que alguna se olvide cuando llegue el momento. Aún con más razón si constatamos que muchas de estas modalidades, de una u otra manera, ya se están desarrollando en España, con perfecta cabida en el marco legal actual y con plena capacidad de ser adaptadas a futuros cambios regulatorios.
Autoconsumo versus Autoabastecimiento
Es el caso del autoabastecimiento o funcionamiento “en isla”: el consumidor produce la totalidad de la energía que consume, acumulando parte de ella para los momentos en que no se dispone de energía directa. Esta fórmula, actualmente base de la campaña “Corta los Cables” promocionada por la Fundación Desarrollo Sostenible, permite la independencia de la red eléctrica con un periodo de amortización medio de 8 años para un consumidor doméstico medio, a partir del cual el coste del KWh sería prácticamente cero el resto de la vida media de la instalación, que para las placas fotovoltaicas es de 25 años. Normalmente se compone del sistema generador (módulos fotovoltaicos y/o aerogenerador), inversor de conexión a red, inversor cargador reversible, acumuladores (baterías), grupo electrógeno de apoyo y sistema de control y gestión.
Autoconsumo Asistido
También denominado SWAP (Cambio): es semejante a la anterior, salvo que sustituye el grupo electrógeno de apoyo por la red eléctrica y rebaja la capacidad de acumulación reduciéndola a los excedentes de un día de generación. Se equipa con un sistema que permite la alternancia entre la red y el autoabastecimiento y siempre sin vertido a la red. Tiene una amortización ligeramente más corta que la anterior por la disminución de costes en acumulación y sistema auxiliar. Por contra mantiene el coste fijo de la red más los excesos de consumo más allá del periodo de amortización.
Autoconsumo Instantáneo con o sin vertido a la red
Estando conectados a la red permanentemente, la electricidad generada se consume de forma instantánea. El exceso de demanda por falta de generación (noche o días adversos) se consume de la red. El excedente se vierte a la red (con vertido) o bien se reduce la potencia de generación igualándola al consumo instantáneo en cada momento (sin vertido). Tiene una rápida amortización si se dimensiona adecuadamente; normalmente al 30% del consumo o mayor en caso de consumos intensivos en horas de alta generación (diurnos en el caso fotovoltaico). Muy aconsejable en comercios, industria diurna, etc. Se compone de sistema generador, normalmente de módulos fotovoltaicos, y de inversor de conexión a red. Para instalaciones sin vertido incluye un regulador de potencia.
Autoconsumo con Balance Neto
El Balance Neto implica la posibilidad de establecer un sistema de compensación entre los KWh cedidos a la red y los consumidos en un periodo determinado que normalmente es un año. De esta forma se podría dimensionar la producción de la instalación al 100% del consumo anual, compensando los excesos de producción diurnos y/o de verano con los nocturnos y/o invierno. La compensación entre la energía vertida y la consumida se regula distintamente según los países, llegando en algunos casos al simple trueque de KWh utilizando contadores bidireccionales. Es la modalidad más deseable si está bien regulado, que no es el caso del borrador de Julio 2013.
El Autoconsumo con Balance Neto puede permitir múltiples y diversas fórmulas que lo faciliten y lo hagan más rentable y/o eficiente, dependiendo de quién o quienes sean los productores y los consumidores. Así pues, en un edificio con varias viviendas se podría disponer de una única instalación en la cubierta y/o fachada cuyo titular sería la comunidad, siendo autoconsumidores todos los vecinos. Estaríamos en la modalidad de Autoconsumo Compartido con Balance Neto.
De la misma forma, un mismo titular que posea dos contratos de consumo, vivienda habitual y segunda vivienda, compensaría los consumos y las producciones de ambas dando lugar a lo que podríamos denominar Interconsumos con Balance Neto.
Hasta aquí las modalidades más extendidas
Todas ellas viables y rentables económica, técnica y ambientalmente. A nivel legal el marco actual español no contempla el Balance Neto que sí se da en la mayoría de países indicados. Como vemos, las posibilidades que brinda el Autoconsumo con Balance Neto o autosuficiencia conectada, son enormes y su implantación masiva nos permitiría potenciar la generación distribuida y desarrollar el concepto de Democracia Energética, acercándonos de forma inexorable hacia un Nuevo Modelo Energético.
El Autoconsumo con Balance Neto llegará más temprano que tarde, es inevitable. Soplan nuevos vientos que traerán nuevos tiempos. Tiempos en los que los ciudadanos, los consumidores de este país seremos más protagonistas de todo aquello que nos condiciona y que nos va a permitir caminar hacia la autosuficiencia energética, tanto desde la perspectiva global de país como desde el planteamiento individual, pasando por escalas intermedias como barrios, municipios o ciudades como Copenhague 2025. Todo ello junto a la generalización del uso de vehículos eléctricos, va a ser determinante de un futuro próximo lleno de retos y desafíos ilusionantes. Un futuro que es autosuficiente y eficiente en energía, electrificado y basado en las Renovables y que esperamos que llegue pronto y a tiempo de mitigar suficientemente el Cambio Climático.