Por Emilio Ballester – Presidente de la Fundación Desarrollo Sostenible
En los últimos días volvía a saltar la noticia: una anciana de 81 años moría en el incendio de su vivienda. Incendio originado por unas velas. Le habían cortado la luz dos meses antes. La pobreza energética muestra una vez más su cara más trágica. Se nos muestra a todos para gritar que existe. Que no es un invento de radicales. Que es una realidad a pesar de nuestra clase política, de nuestro gobierno del PP. A pesar del oligopolio eléctrico que nos gobierna y que acumula miles de millones de beneficios mientras más del 17% de los hogares no puede poner la calefacción o pasa hambre para pagar la factura de la luz.
Mientras, los que creemos en un sistema social, económico y energético más equitativo vemos como el BOE sigue publicando y publicitando normativas que siguen aumentando los beneficios de las eléctricas. Curiosamente la norma que regula el autoconsumo en España, vigente desde octubre de 2015, establece que las pequeñas instalaciones fotovoltaicas (las de menos de 10kW.), deben regalar al sistema los kWh que produzcan y que inyecten a la red. Situación que suele ocurrir frecuentemente cuando consumimos menos de lo que nuestras placas solares están produciendo. Sin embargo en ese enmarañado Real Decreto de autoconsumo no se dice claramente a quién se regalan esos kWh. ¿Al sistema? ¿Pero quién los cobra? Porque cuando en mi tejado se produce un kWh y yo no lo consumo, va a la red y lo consume mi vecino que sí se lo paga a su comercializador. Así que aunque yo lo regale, alguien los está cobrando.
Y por qué no un banco bueno, un banco solidario y de energía limpia. Por qué no tengo la oportunidad de donar, de regalar mis kWh a una entidad que los administre y que los destine a paliar situaciones de pobreza energética, de organizaciones que trabajan por una energía más limpia, renovable y accesible como mejor opción ahora que no me dan la oportunidad de cobrarlos, y en el futuro, cuando se cambie la norma y pueda cobrarlos, tener la opción de hacerlo. Un banco de kWh, nutrido por los cientos de miles de kWh de excedentes producidos por el sol de España en las innumerables instalaciones fotovoltaicas que este país debería ya tener funcionando y produciendo. Un Banco que canalice esa energía hacia donde hace falta y no hacia los de siempre.Seguro que este Banco de Energía Solidaria y Limpia, este BANESOL que, con la experiencia de nuestro país en la banca, rescates, banco malo, etc, seguro que es posible. Ahí queda la idea, la iniciativa al servicio de nuestras fuerzas políticas que siempre andan esperando propuestas ciudadanas que resuelvan carencias y no incrementen el gasto publico.
Fuente: blogs.20minutos.es
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